Ahora que sé que no tengo nada que perder, ahora que entendí que la vida es un reto con un final ineludible, lo juro por mis ancestros que le perdí el miedo a la muerte, tengo la responsabilidad de reescribir una historia digna para la generación que me remplazará… un salto suicida a la grandeza… nena no me esperes temprano en casa, duerme a Sebas que estoy luchando con un Dragón.
Lagrimas corren por mis mejillas mientras recuerdo cuando empecé de cero, un teclado que se estaba cayendo, una cuenta bancaria que daba lastima y no me dejaba dormir. – Sebas el sábado salimos, ahora estoy luchando con un Dragón.
Puedo ver que las cabezas ruedan a mis pies, los enemigos se ponen nerviosos cuando ven mi sombra, no sé cómo explicarte, pero hoy tampoco almorcé teniendo para comprar el restaurante entero… le he perdido el miedo a la muerte, el problema no es el dinero, es que ya probé lo que se siente matar monstruos y ahora voy por un Dragón.
Hay un monstruo gritando: ¡No puedes!, hay un animal que te ordena que te arrodilles, hay una fuerza negativa que te empuja al miedo, a la incertidumbre y el temor del mañana. Tengo sangre en el rostro, pero tranquilos que no es mía, no me rendiré mientras viva, me gusta esto, no me veo haciendo más nada y no sé qué haré ahora que mate a ese Dragón… Sole sé que no tengo nada que perder.