Por, Francisco Espana Barraza, consultor en derecho de seguros y responsabilidad civil
Cuando estudiamos derecho de seguros es inevitable tocar el tema de las pólizas, amén que las mismas son la materialización de esa relación contractual entre el tomador y la aseguradora, la póliza como la manifestación inequívoca del contrato de seguros según el artículo 1036 y 1046 del Código de Comercio. Sin embargo la póliza por si misma encierra un misticismo cuando de estudiarla compete, pues tiende a dividirse en distintos documentos que si los leemos muy rápido no entenderemos realmente su alcance.
En efecto, póliza abarca caratula, clausulado y anexos (opcional) y de cada uno de estos documentos encontraremos elementos que nos jugarán a favor o en contra. Amén de lo anterior hablaremos sobre el “clausulado”, el cual en el contexto del derecho de seguros se refiere al conjunto de condiciones e interpretaciones que forman parte del contrato de seguro. Estas cláusulas son los términos que establecen las obligaciones y derechos tanto del asegurador como del asegurado, y definen aspectos claves del contrato, tales como el alcance de la cobertura, las exclusiones, los límites de la responsabilidad, y los procedimientos a seguir en caso de siniestro.
El clausulado es fundamental porque establece las reglas del juego en la relación aseguradora, y determina cómo se aplicará el contrato en diversas situaciones. Por ejemplo, dentro de las cláusulas de un contrato de seguro, se pueden encontrar disposiciones sobre:
- Cobertura: Define qué riesgos están cubiertos por la póliza y bajo qué condiciones se activará la protección del seguro.
- Exclusiones: Detalla qué situaciones o riesgos no están cubiertos por la póliza. Esto es crucial para que el asegurado comprenda las limitaciones de la cobertura.
- Obligaciones del asegurado: Especifica las acciones que el asegurado debe cumplir para que el contrato se mantenga vigente, como el pago de la prima, la obligación de mantener el estado del riesgo o la notificación en caso de siniestro.
- Procedimiento de reclamación: Describe los pasos que debe seguir el asegurado para presentar una reclamación y cómo el asegurador debe responder a dicha reclamación.
- Condiciones especiales: Incluye cualquier otra disposición particular que pueda afectar el contrato, como la renovación automática de la póliza o las modificaciones que puedan realizarse durante la vigencia del seguro.
En términos legales y contractuales, el clausulado es la materialización del acuerdo entre las partes, y su interpretación debe hacerse de acuerdo con los principios generales del derecho contractual. Dado que el contrato de seguro es un contrato de adhesión, donde una de las partes (el asegurador) tiene la ventaja de redactar el documento, las cláusulas ambiguas o poco claras se interpretan generalmente en favor del asegurado, según el principio de contra proferentem.
El entendimiento y análisis del clausulado es esencial no solo para abogados y jueces que tratan disputas relacionadas con seguros, sino también para los asegurados, quienes deben conocer sus derechos y obligaciones bajo el contrato.